Un reciente estudio científico realizado en el Reino Unido reveló un hallazgo que desafía la visión tradicional sobre el impacto de la crianza en la salud mental de los padres, abriendo el interrogante a una nueva mirada: tener hijos podría mantener más joven el cerebro de los responsables de la crianza.
- ¿Un cambio de paradigma?
- Cuantos más hijos a cargo, mayor conectividad cerebral
- Otros hallazgos del estudio
- El papel crucial de ambos progenitores
Contrario a la creencia popular de que el estrés y la falta de sueño asociados con tener hijos pueden ser perjudiciales a largo plazo, la nueva investigación sugiere que la paternidad y la maternidad podrían tener un efecto protector en el cerebro, manteniéndolo más joven y con una mayor conectividad neuronal.
Publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, el estudio titulado "El papel protector de la paternidad en la función cerebral relacionada con la edad en la mediana edad y la vejez" analizó escáneres cerebrales e información familiar del Biobanco del Reino Unido.
Los resultados indicaron que madres y padres presentan una mayor conectividad en redes cerebrales sensoriales y motoras clave, áreas que típicamente muestran un deterioro con el envejecimiento.
Lo más interesante es que este efecto parece ser acumulativo: a más hijos, mejores conexiones neuronales.

¿Un cambio de paradigma?
Así lo destaca Avram Holmes, autor principal del estudio y profesor del Instituto de Salud Cerebral de Rutgers, quien en diálogo con El País explicó que estos hallazgos "desafían la idea de que tener hijos genera principalmente estrés y tensión".
En cambio, la investigación sugiere que la crianza podría enriquecer el entorno, beneficiando la salud cerebral a través del aumento de la actividad física, la interacción social y la estimulación cognitiva.
- Te puede interesar. Por qué lloran los bebés
La neurocientífica española Magdalena Martínez, de la Universidad de California Santa Bárbara, coincide con esta perspectiva y señala que si bien existen hipótesis sobre el papel de la experiencia reproductiva y hormonal en las mujeres, la hipótesis con más fuerza actualmente es que "el ambiente de crianza en sí mismo es generador de esos beneficios".
Martínez explica que aunque la crianza implica privación de sueño y estrés, también conlleva mucha interacción social, planificación y multitasking, lo que entrena continuamente la cognición.
Cuantos más hijos a cargo, mayor conectividad cerebral
Esta hipótesis también explicaría por qué el beneficio en la conectividad cerebral es mayor con un mayor número de hijos.
A más hijos, mayor es la necesidad de planificación y de realizar múltiples tareas a la vez. Además, se expande la red de apoyo familiar y social, lo cual también tiene beneficios cognitivos.
Otros hallazgos del estudio
El estudio también encontró que las áreas cerebrales motoras, relacionadas con el movimiento, incrementan sus conexiones.
Por ejemplo, se observó que a mayor número de hijos, padres y madres mostraban más fuerza de agarre en las manos.
Martínez destaca la relevancia de este hallazgo en la prevención de enfermedades neurodegenerativas como el párkinson y el alzhéimer, que afectan la locomoción y la cognición respectivamente.
Cualquier actividad que entrene ambas funciones, como la maternidad o el deporte, podría tener un beneficio importante a largo plazo.
El papel crucial de ambos progenitores
Un aspecto notable del estudio de Holmes es que los cambios favorables en la conectividad cerebral se observaron de manera similar tanto en madres como en padres.
Holmes sostiene que "creemos que el entorno de cuidado, más que el embarazo por sí solo, es lo más importante, ya que vemos que los efectos se dan de la misma manera en ambos progenitores".
- Te puede interesar. Cómo cambió la crianza de niños con síndrome de Down
Si bien otras investigaciones han demostrado que el embarazo produce transformaciones significativas en el cerebro de la mujer, y que los hombres también experimentan cambios (aunque generalmente de menor magnitud y a más largo plazo, ligados a su implicación en el cuidado), el estudio actual resalta el papel crucial del entorno de la crianza en ambos progenitores.
Martínez concluye que, aunque el efecto del embarazo en el cerebro femenino es más pronunciado a corto plazo, los cambios propiciados por el ambiente de la crianza son acumulativos y a largo plazo podrían tener un impacto mayor y más duradero tanto en madres como en padres.Este estudio abre una nueva perspectiva sobre los efectos a largo plazo de la crianza, sugiriendo que la experiencia de tener hijos no solo enriquece la vida familiar, sino que también podría contribuir a un envejecimiento cerebral más saludable.