Un reciente relevamiento sobre la cantidad de jóvenes que se encuentran escolarizados arroja datos positivos para Argentina, pero marca una notable diferencia en materia de brecha socioeconómica que da cuentas sobre un abismo alarmante entre quienes asisten a instituciones públicas y quienes concurren a otras de modalidad privada.
- Qué dice el informe
- La desigualdad crece en Argentina
- Las consecuencias de la desigualdad socioeconómica entre las escuelas
- Por qué se produce esta brecha escolar
- Qué pasa en otros países de la región
- Brecha socioeconómica y aprendizajes
- El panorama a futuro
Según los datos que difundió Argentinos por la Educación, Argentina posee la tasa de matrícula secundaria más alta en América Latina, alcanzando un notable 94% de sus jóvenes en las aulas.
El indicador sitúa al país por encima del promedio del 89% que marca la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en términos de inclusión educativa en este nivel.
Sin embargo, una sombra de creciente desigualdad se cierne sobre este avance: la brecha socioeconómica entre los estudiantes que asisten a escuelas estatales y privadas se ha profundizado, consolidando circuitos educativos diferenciados y amenazando la equidad y la cohesión social.

Qué dice el informe
Un reciente informe del Observatorio de Argentinos por la Educación, titulado “Matrícula y segregación escolar en América Latina: una mirada a la última década”, elaborado por Emmanuel Vazquez (CEDLAS), María Sol Alzú y Leyre Sáenz Guillén, arroja luz sobre esta compleja realidad.
El estudio, basado en datos de las pruebas Pisa entre 2012 y 2022, revela que mientras la segregación escolar general en Argentina se redujo levemente, este descenso fue más lento que el promedio regional.
En América Latina, el índice de disimilitud –que mide el porcentaje de alumnos más pobres que deberían cambiar de escuela para lograr una distribución igualitaria– pasó del 50% en 2012 al 43% en 2022, mientras que en Argentina la caída fue de 46% a 42% en el mismo período.
La desigualdad educativa crece en Argentina
Lo más preocupante es que, a contramano de la tendencia regional, Argentina es el único de los siete países analizados (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú y Uruguay) donde la diferencia socioeconómica entre los estudiantes de escuelas estatales y privadas creció en la última década.
Mientras que en la mayoría de los países la brecha se redujo, en Argentina aumentó un 26% entre 2012 y 2022, pasando de un índice de 0,8 a 1,0. Este índice, que estima la diferencia entre el nivel socioeconómico promedio del sector privado y el estatal, evidencia una creciente disparidad.
Esta situación implica que se consolidan cada vez más dos circuitos paralelos de educación: escuelas con una alta concentración de estudiantes de orígenes sociales favorecidos y escuelas que agrupan a alumnos de contextos más vulnerables.
Las consecuencias de la desigualdad socioeconómica entre las escuelas
Sandra Ziegler, investigadora de Flacso, explica que este fenómeno deriva en “entornos de aprendizaje cada vez más homogéneos y con menos oportunidades de interacción entre estudiantes de distintos contextos”.
La segregación escolar, aunque se haya reducido ligeramente a nivel general, persiste como un problema estructural del sistema educativo argentino.
Para alcanzar una distribución igualitaria, en 2022 aún sería necesario trasladar al 42% de los alumnos más pobres a otras escuelas.
Esta segregación tiene profundas implicaciones para la equidad educativa y la cohesión social.
Como advierte a Infobae Natalia Krüger, investigadora de la Universidad Nacional del Sur (UNS) y el Conicet, las crecientes brechas entre los sectores público y privado y la tendencia a socializarse en "burbujas socioeconómicas" no sólo amenazan la cohesión social futura, sino que también alimentan la desigualdad en el rendimiento académico.
Por qué se produce esta brecha escolar
El informe del Observatorio de Argentinos por la Educación señala que una de las principales causas de esta creciente brecha es la migración de los sectores favorecidos desde la educación pública hacia la privada.
Factores como paros docentes, ausentismo y el deterioro percibido de la calidad educativa en numerosas escuelas públicas son identificados como impulsores de esta tendencia, lo que lleva a una mayor concentración de los grupos menos favorecidos en los establecimientos estatales.
Cecilia Adrogué, investigadora del Conicet y la Universidad de San Andrés, señala a Los Andes que la leve caída en el acceso de la clase media a la educación privada se dio en el contexto pospandemia, donde algunas familias enfrentaron dificultades económicas.
Sin embargo, la tendencia general en la década analizada muestra un aumento en la diferenciación entre ambos sectores.
Qué pasa en otros países de la región
En contraste con la situación argentina, otros países de la región lograron reducir significativamente la brecha socioeconómica entre sus sistemas educativos público y privado.
México lidera en este aspecto, con una caída del 51% en la brecha, seguido por Chile (-44%) y Brasil (-20%).
Estos datos sugieren que en la mayoría de los países analizados existe una tendencia hacia una mayor integración socioeconómica en las escuelas.
Brecha socioeconómica y aprendizajes
La profundización de la brecha socioeconómica en Argentina tiene consecuencias directas en los aprendizajes.
Hay estudios que reflejan una relación positiva entre el nivel socioeconómico y el nivel de aprendizaje: a mayor nivel socioeconómico, mayores logros educativos.
Esta situación se ve agravada por factores asociados al nivel socioeconómico, como el acceso a libros en los hogares, las necesidades básicas insatisfechas y el nivel de formación de los padres, que determinan las oportunidades y resultados de los estudiantes.
Incluso se ha observado que en las escuelas más pobres hay una mayor proporción de maestros suplentes.
El panorama a futuro
A pesar del panorama desafiante, algunos expertos vislumbran una oportunidad en el descenso de la tasa de natalidad.
Cecilia Adrogué plantea que la disminución de niños en edad escolar podría permitir enfocar recursos y esfuerzos en mejorar la escuela pública y detener la migración hacia el sector privado.
Si bien Argentina ha logrado un avance significativo en la cobertura de la educación secundaria, la creciente brecha socioeconómica entre escuelas estatales y privadas representa un obstáculo considerable para alcanzar una verdadera equidad educativa.
El desafío para las políticas educativas reside en implementar medidas que fomenten una mayor integración social dentro de las aulas y fortalezcan la calidad de la educación pública, de manera que el acceso a la escuela secundaria se traduzca en oportunidades equitativas de aprendizaje y desarrollo para todos los jóvenes, independientemente de su origen social.
Sin abordar esta problemática, el guardapolvo blanco, símbolo de igualdad en la escuela argentina, seguirá siendo más una aspiración que una realidad efectiva.