Un estudio masivo revela el impacto profundo y prolongado del embarazo en el cuerpo de la mujer, desafiando la creencia de una recuperación rápida tras el parto.
- Los hallazgos del estudio
- La "cuarentena" tradicional se queda corta
- Algunos cambios podrían ser duraderos
- Impacto profundo en el organismo materno
- Potencial para un diagnóstico precoz de riesgos
- Limitaciones y futuro de la investigación
Investigadores de Israel y Estados Unidos analizaron datos de más de 300.000 nacimientos y alrededor de 44 millones de mediciones, ofreciendo una imagen sin precedentes de los cambios fisiológicos que experimentan las mujeres antes, durante y después del embarazo.
Los resultados, publicados en Science Advances y luego en Nature, sugieren que los efectos del embarazo y el parto persisten en el cuerpo femenino por mucho más tiempo de lo que se creía anteriormente.

Los hallazgos del estudio
El estudio, coordinado por Uri Alon, biólogo de sistemas del Instituto Weizmann de Ciencias en Israel, examinó una amplia gama de 76 parámetros físicos a través de pruebas anónimas de sangre, orina y otros análisis.
Se evaluaron aspectos como los niveles de colesterol, el número de células inmunes y glóbulos rojos, procesos inflamatorios y el estado del hígado, los riñones y el metabolismo.
Los datos, recopilados entre 2003 y 2020 de registros de mujeres israelíes de entre 20 y 35 años sin enfermedades crónicas ni medicación, proporcionan una base sólida para comprender la magnitud de estos cambios.
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La "cuarentena" tradicional se queda corta
Mientras que aproximadamente la mitad de los parámetros analizados (un 47%) se estabilizaron en el primer mes después del nacimiento, un sorprendente 41% tardó entre tres meses y un año en volver a sus niveles iniciales.
Jennifer Hall, investigadora de salud reproductiva en el University College de Londres, comentó a DW que existe una expectativa social de una recuperación rápida, pero este estudio proporciona "una especie de prueba biológica de que no es así".
Específicamente, los niveles de colesterol o la función hepática tardaron alrededor de seis meses en estabilizarse, y el valor de la fosfatasa alcalina, crucial para el hígado, incluso un año completo.
Esto, según los investigadores, ilustra claramente el enorme esfuerzo físico que implica el embarazo y el parto.
Algunos cambios podrían ser duraderos
Aún más revelador es que algunos valores continuaron mostrando cambios significativos incluso 80 semanas después del parto.
Los marcadores de inflamación se mantuvieron elevados, mientras que el nivel de hierro y la concentración media de hemoglobina en los glóbulos rojos se mantuvieron más bajos.
Si bien no está claro si estas diferencias se deben a cambios de comportamiento postparto o a efectos fisiológicos duraderos del embarazo, este hallazgo subraya que el año posterior al parto es un período sensible para la fisiología materna y crucial para la salud femenina.
Como explica Uri Alon a El País, "después del parto, se tarda un año en que muchos tests vuelvan a sus valores iniciales. Anteriormente, se creía que la madre se recuperaba después de seis semanas".
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Impacto profundo en el organismo materno
Durante el embarazo, el cuerpo de la madre experimenta transformaciones sustanciales para apoyar el crecimiento fetal.
Se produce un incremento del gasto cardíaco y el volumen sanguíneo aumenta hasta en un 50%.
La respiración y el sistema hormonal se modifican, los riñones filtran más sangre y el sistema inmunológico se reestructura para evitar el rechazo del feto.
Además, el esqueleto, el sistema gastrointestinal y el metabolismo también se ven afectados.
El estudio también confirmó la influencia de los hábitos de salud previos a la concepción, como la suplementación con ácido fólico, que puede tener un impacto fisiológico en otros valores de las pruebas.
Potencial para un diagnóstico precoz de riesgos
Un hallazgo importante es que las mujeres que desarrollaron complicaciones durante el embarazo mostraron marcadores diferentes a las que no tuvieron problemas.
Esto abre la puerta a la posibilidad de determinar si una mujer tiene un mayor riesgo de sufrir ciertas complicaciones antes de que el embarazo esté en curso, como hipertensión arterial, preeclampsia o diabetes gestacional.
"Los resultados muestran que la información biomédica anónima puede proporcionar muchos conocimientos nuevos", afirmó Alon.
Limitaciones y futuro de la investigación
Los propios investigadores reconocen limitaciones en su estudio, como el hecho de que se centra en embarazos en un solo país y que es un estudio transversal.
Toni Payà, jefe de Ginecología y Obstetricia del Hospital del Mar de Barcelona, quien no participó en la investigación, coincide en señalar estas limitaciones, advirtiendo que las conclusiones deben tomarse con cautela al tratarse de estadísticas de una población heterogénea.
Sin embargo, Payà también destaca la importancia del estudio al mostrar que, aunque anatómicamente la recuperación postparto parece rápida, a nivel bioquímico la normalización lleva mucho más tiempo.
A pesar de estas limitaciones, la investigación proporciona una valiosa perspectiva sobre las "consecuencias fisiológicas del embarazo", como destaca Michelle Oyen, investigadora de la Universidad Estatal Wayne. Alon y su equipo planean utilizar un enfoque similar para estudiar otras etapas de la vida, como la menopausia.