La llegada de un hijo a la vida de una pareja trae aparejados cambios en la dinámica familiar y en el desarrollo de la vida cotidiana, pero a la vez produce cambios a nivel neurológico en los progenitores.
- Economía y eficiencia
- Cómo se hizo el estudio
- Alteraciones hormonales
- Depresión posparto, ansiedad y problemas de sueño
- Unos por uno, los cinco cambios en los padres primerizos
Distintos estudios han abordado a lo largo del tiempo el impacto de la maternidad en las mujeres y gracias a ellos se ha podido ahondar en la problemática del puerperio y los distintos estadíos que se atraviesan luego del parto.
En este marco, investigadores han decidido centrar en el último tiempo sus estudios en las repercusiones que la llegada del primer hijo tiene sobre los papás.
A través de distintos estudios, han revelado que la paternidad imprime una huella profunda en el cerebro masculino, adaptándolo a las nuevas demandas y responsabilidades del cuidado y la crianza.
Economía y eficiencia
Uno de los hallazgos más relevantes es la reducción de la materia gris en la corteza cerebral de los hombres que se convierten en padres por primera vez.
Este fenómeno, aunque pueda sonar contradictorio, es interpretado por los científicos como un proceso de optimización neuronal.
Darby Saxbe, profesora de psicología de la Universidad del Sur de California, explica que esta "reducción" es una forma de "racionalización" que permite al cerebro procesar la información de manera más eficaz.
Esta transformación en la corteza cerebral, responsable de funciones ejecutivas como la memoria, el pensamiento, el razonamiento y el procesamiento emocional, parece estar directamente relacionada con una mayor motivación y compromiso hacia la paternidad.
Cómo se hizo el estudio
Saxbe y sus colegas, tras realizar estudios de imagen cerebral en 40 futuros padres antes y después del nacimiento de su primer hijo, observaron que aquellos que experimentaron una mayor disminución de materia gris en la corteza cerebral mostraban un mayor vínculo con sus bebés incluso antes del nacimiento y, posteriormente, dedicaban más tiempo al cuidado de sus hijos.
Es importante destacar que la magnitud de estos cambios cerebrales en los padres es menor en comparación con la de las madres.
Alteraciones hormonales
Además de los cambios estructurales, la paternidad también induce alteraciones hormonales significativas en los hombres.
Estudios han demostrado que los padres experimentan un aumento de oxitocina, la hormona del vínculo afectivo, al sostener a sus recién nacidos por primera vez.
Por otro lado, la testosterona, la hormona asociada a la competencia y la búsqueda de pareja, tiende a disminuir en los hombres que se convierten en padres.
Lee Gettler, profesor de antropología de la Universidad de Notre Dame, sugiere que esta disminución hormonal podría estar relacionada con una reorientación de las prioridades del hombre, centrando su atención en la familia.
Depresión posparto, ansiedad y problemas de sueño
Si bien los cambios en el cerebro de los padres primerizos se asocian generalmente con un mayor compromiso y una mejor conexión con sus hijos, también pueden aumentar el riesgo de depresión posparto, ansiedad y problemas de sueño.
Saxbe subraya que se trata de una "mezcla" de efectos positivos y desafíos que acompañan la transformación neuronal inducida por la paternidad.
Uno por uno, los cinco cambios en los padres primerizos
La antropóloga evolutiva Anna Machin, experta en paternidad y escritora del libro “La vida de papá: la creación de un padre moderno”, presenta una clasificación de los cinco cambios que experimentan los hombres al convertirse en padres.
Estos cambios, basados en sus investigaciones y en descubrimientos de otros equipos científicos, revelan la profunda transformación que la paternidad produce en el cerebro masculino.
Este es el listado, que fue publicado por el diario ABC de España.
- Disminución de la testosterona. Los niveles bajan durante el embarazo y, luego del parto, nunca llegan a ser los mismos de antes. Según Machin, es un indicador evolutivo de que el hombre está preparado para la paternidad, favoreciendo la empatía, la lectura de las necesidades del bebé y la creación de vínculos.
- Riesgo de depresión posparto. Uno de cada diez hombres también sufre depresión posparto, experimentando ansiedad, agresividad, retraimiento y automedicación con alcohol.
- Activación del neocórtex. Hace referencia a la zona cerebral responsable de la cognición social, la planificación, la motivación y el desafío. Esto se traduce en un impulso por parte del padre de estimular al niño, enfrentarlo a sus límites y ayudarlo a descubrir el mundo.
- Liberación de hormonas de la euforia. El vínculo entre padres e hijos es un proceso gradual y se basa en la interacción con el bebé. Alrededor de los seis meses, cuando el niño comienza a gatear y jugar, la interacción se intensifica y se liberan hormonas como la oxitocina, la dopamina y la betaendorfina, tanto en el padre como en el hijo, generando sensación de euforia y fortaleciendo los lazos afectivos.
- Cambios en la materia gris. Al igual que ocurre con las mujeres, esto se traduce en una mayor empatía, organización y capacidad para el cuidado.