Las vitaminas para niños y defensas naturales son clave para llegar al verano con energía y bienestar. Especialistas del Ministerio de Salud, la OPS y la Sociedad Argentina de Pediatría explican cómo una buena alimentación, el descanso y el movimiento fortalecen el sistema inmune infantil.
Con la llegada de los días cálidos y las actividades al aire libre, muchas familias se preguntan cómo preparar el cuerpo de los chicos para afrontar los cambios de estación.
Más allá de los suplementos, los especialistas insisten: la mejor forma de fortalecer el sistema inmune infantil es a través de una alimentación variada, descanso adecuado y juego activo.
Según el Ministerio de Salud de la Nación, una nutrición equilibrada, rica en frutas, verduras, legumbres y cereales integrales, “favorece la maduración del sistema inmunitario y previene enfermedades frecuentes en la infancia”.
La base: alimentación colorida y natural
La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) recomienda que los niños consuman alimentos naturales y frescos, limitando los ultraprocesados. “No hay alimentos mágicos que prevengan enfermedades, pero sí hábitos que protegen: una alimentación saludable, el sueño suficiente y la vacunación completa”, destaca la entidad en su Guía práctica de nutrición infantil.
Desde la Organización Panamericana de la Salud (OPS), los expertos también enfatizan la importancia de incluir frutas y verduras de estación, que aportan las vitaminas más beneficiosas para el sistema inmune:
- Vitamina A: presente en zanahorias, zapallo, espinaca y huevo. Ayuda a mantener la piel y las mucosas sanas, primera barrera de defensa frente a virus y bacterias.
- Vitamina C: abundante en cítricos, frutillas, kiwi, pimientos y tomate. Favorece la absorción del hierro y refuerza la respuesta inmunológica.
- Vitamina D: esencial para el desarrollo óseo y el sistema inmune. Se obtiene mediante la exposición solar moderada y alimentos como pescado, leche fortificada y huevo.
- Vitamina E y Zinc: presentes en semillas, frutos secos y legumbres. Funcionan como antioxidantes naturales.
“Una dieta equilibrada, sin excesos de azúcares ni grasas, y con suficiente hidratación es la mejor defensa natural”, sostiene la OPS en su Guía de Alimentación Saludable para Niños y Niñas.
Exposición solar con cuidado
La vitamina D, clave en la salud ósea y las defensas, se produce principalmente gracias a la exposición al sol. Pero el Ministerio de Salud recuerda que esa exposición debe ser segura y gradual: bastan entre 10 y 15 minutos diarios en brazos y piernas, evitando las horas de mayor radiación (de 10 a 16).
En paralelo, es esencial proteger la piel con protector solar FPS 50 en mayores de 6 meses y evitar el sol directo en bebés. “La prevención de quemaduras solares es también una forma de cuidar la salud a largo plazo”, advierte el ministerio.
Dormir bien, moverse más
Los hábitos saludables no solo se construyen en la mesa. Dormir lo suficiente (entre 10 y 12 horas en edad escolar) y mantener actividad física diaria son igual de importantes. La Sociedad Argentina de Pediatría subraya que el movimiento estimula el crecimiento, mejora el estado de ánimo y fortalece el sistema inmune.
Además, la OPS recomienda limitar el tiempo frente a pantallas y promover juegos al aire libre: “La actividad física regular mejora la salud cardiovascular, la fuerza muscular y la capacidad de respuesta frente a infecciones”.
Pequeños cambios que fortalecen
- Incluir 5 porciones diarias de frutas y verduras de diferentes colores.
- Ofrecer agua como principal bebida: evitar gaseosas y jugos azucarados.
- Asegurar horarios de descanso regulares.
- Controlar el calendario de vacunación infantil.
- Priorizar comidas caseras y evitar ultraprocesados.
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