Durante mucho tiempo, la depresión posparto (DPP) fue percibida popularmente como una condición que afecta únicamente a las mujeres. Sin embargo, la evidencia científica es clara: la depresión posparto también afecta a los hombres.
- La evidencia científica: más allá de las hormonas
- La dificultad para reconocer síntomas en los hombres
- Cómo pedir ayuda
Investigaciones estiman que le sucede a cerca del 10% de los padres, aunque las cifras varían geográficamente, alcanzando hasta un 18.5% en algunos estudios.
Pese a su frecuencia, la falta de información disponible hace que sea difícil para los nuevos padres reconocer los síntomas y, más importante aún, saber cómo obtener ayuda.
Andrew Mayers, académico principal en Psicología en la Universidad de Bournemouth (Reino Unido) y autor sobre el tema, subraya la importancia de aumentar la conciencia sobre este trastorno, ya que la depresión posparto en los padres "es real y sí importa".
La evidencia científica: más allá de las hormonas
Contrario a la creencia popular, la depresión posparto no se debe solo a fluctuaciones hormonales, ni siquiera en las mujeres, donde las hormonas juegan un papel relativamente pequeño.
En realidad, es el resultado de una combinación de factores de riesgo, que afectan la psique del hombre desde el momento en que se entera del embarazo de su pareja.
Los factores de riesgo más influyentes, según la investigación, incluyen:
- Problemas para dormir o falta de sueño.
- Falta de apoyo social.
- Problemas financieros.
- Un historial previo de depresión o una historia psiquiátrica significativa.
- El estrés relacionado con el nuevo rol de padre.
- La depresión coexistente de la pareja (la gravedad de los síntomas en uno aumenta el riesgo en el otro).
- Fluctuaciones hormonales: Se ha observado una marcada disminución de la concentración de testosterona y cortisol, y un aumento de estradiol en hombres que están a punto de ser padres primerizos. Los cambios en estas hormonas, si bien ayudan a crear el vínculo con el bebé, también pueden predisponer a la aparición o exacerbación de los síntomas.
Es crucial entender que la depresión posparto en hombres puede desarrollarse en cualquier momento durante el primer o incluso el segundo año de nacimiento del bebé.
Aunque los síntomas suelen aparecer de 1 a 2 semanas después del parto, el inicio de la enfermedad puede ser muy insidioso y pasar desapercibido.
La dificultad para reconocer síntomas en los hombres
Una investigación realizada en el departamento de Psiquiatría y Rehabilitación Psiquiátrica de la Universidad Médica de Lublin (Polonia) describe que los síntomas de la depresión pos parto en hombres son similares a los de la depresión clínica. Estos pueden incluir:
- Estado anímico bajo y falta de motivación.
- Fatiga, agotamiento y problemas para dormir (insomnio o somnolencia excesiva).
- Sentimiento de culpa, inutilidad o minusvalía en su rol de padre.
- Falta de concentración, cambios en el apetito o el peso.
- Irritabilidad persistente y frecuentes cambios de humor (signo sutil).
- Pensamientos recurrentes de muerte o suicidio.
La dificultad para el diagnóstico radica en que los hombres suelen ser menos propensos a hablar sobre sus sentimientos y, por lo tanto, pueden enmascarar los síntomas.
Esto hace que sea más fácil que la enfermedad sea ignorada tanto por los pacientes como por el personal médico.
En ese marco, los especialistas destacan la importancia de que las visitas de control posnatal y el monitoreo del estado de ánimo que se realicen durante ellas cubran a ambos padres por igual.
“Este método permitirá un diagnóstico precoz y evitará riesgos para el paciente y su entorno inmediato”, señalan.
Cómo pedir ayuda
Si un padre sospecha que está luchando contra la depresión pos parto, Andrew Mayers enfatiza que es fundamental buscar apoyo, no solo por su propio bienestar, sino porque la condición puede afectar el vínculo con el bebé y causar consecuencias a largo plazo, como problemas de desarrollo conductual y emocional en el niño.
El primer paso es reconocer que no hay nada de malo en necesitar ayuda.
Buscar apoyo no es un signo de debilidad ni te convierte en un "fracaso".
Puede que sea difícil comenzar la conversación, pero Mayers ofrece estrategias sencillas para romper el hielo:
- Reconocé la dificultad. Simplemente reconocer que "es complicado hablar de esto" puede ayudar a sentirse menos incómodo al compartir experiencias.
- Sé honesto. Expresá cómo te sentías realmente, no lo que creés que deberías decir.
- Manejá la ira. Es normal sentirse enojado por estar así. Sé paciente y tratá de dejar ir esa ira para sentirte más cómodo al hablar sobre otras emociones.
- Buscá el entorno adecuado. Para algunos, es más fácil hablar con el médico de cabecera; para otros, puede ser en entornos informales, como con amigos. Si la comunicación directa es difícil, considerá usar alguna aplicación de salud mental.
- Pregunta primero: Puedes iniciar la conversación preguntando a otros padres o amigos cómo les va, antes de compartir tus propios sentimientos.
La prevención actual de la depresión posparto debe incluir la identificación de los factores de riesgo tanto en las madres como en sus parejas.
Andrew Mayers concluye que, afortunadamente, hoy en día hay más conciencia y ayuda disponible que hace unos años.
Recordá: más allá de que nuestros artículos puedan resultarte útiles para cuidar tu salud, desde Crecer Hoy recomendamos SIEMPRE consultar a un profesional para hallar el tratamiento indicado en tu caso específico.
Es fundamental que los padres y los educadores estén atentos a estos síntomas y promuevan un entorno de apoyo y diálogo.
El bienestar del padre es intrínseco al bienestar del bebé y de la familia.