Las víctimas de hostigamiento y discriminación suelen presentar dos cambios fundamentales en su conducta y estado de ánimo. Por ello, las personas responsables del cuidado deben prestar atención a esas manifestaciones, para evitar consecuencias negativas a largo plazo.
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En tiempos de internet y redes sociales, es importante que padres, madres y personas encargadas del cuidado de los niños y adolescentes estén atentos al uso que los chicos y chicas le brindan a las herramientas tecnológicas, pero además deben estar alerta para detectar posibles indicadores en sus estados de ánimo o en su conducta que podrían evidenciar que están siendo víctimas de hostigamiento a través de esos medios.
Ciberbullying: los dos principales cambios en las víctimas
Unicef destaca en su “Guía de sensibilización sobre la convivencia digital” que los chicos y chicas víctimas de ciberbullying suelen presentar dos rasgos principales en su conducta:
- Angustia. Una emoción intensa y desagradable que experimenta una persona en situaciones de incertidumbre, miedo o sufrimiento emocional. Se trata de una sensación de malestar que puede estar acompañada por ansiedad, preocupación y una de sus manifestaciones físicas se manifiesta en forma de presión en el pecho.
- Tristeza. Es un estado de desánimo que se da a raíz de una sensación de melancolía o pesar. Surge cuando nos enfrentamos a situaciones difíciles, pérdidas o decepciones. Puede manifestarse físicamente mediante lágrimas, cansancio o falta de energía.
Cuando el ciberbullying deriva de un ámbito escolar
Unicef recomienda que las intervenciones requieren generar espacios de reflexión donde participen docentes, alumnos y familias.
En esos ámbitos deben tratarse las prácticas sociales que modelan las diferentes formas de vinculación y la necesidad de políticas de cuidado.
Estos espacios deben servir para explicarles a los jóvenes las consecuencias de la discriminación y el hostigamiento en las redes sociales e internet, dejándoles en claro que tanto la víctima como el victimario, los hostigadores y los observadores resultan afectados.
Ocho consejos para detectar casos de ciberbullying
En su guía, Unicef enumera una serie de recomendaciones para prevenir y detectar casos de ciberbullying:
- Dialogar. Es clave mantener una charla abierta con los niños, niñas y adolescentes para permitirles espacios donde puedan manifestarse libremente y con confianza. Ámbitos donde padres y personas responsables puedan inculcar buenas conductas a la hora de usar internet y redes sociales.
- Promover el conocimiento. Alentar a los niños, niñas y adolescentes a conversar con sus amigos y personas cercanas sobre las situaciones de hostigamiento. Evitar que mantengan esas situaciones en secreto, porque ello potencia las consecuencias negativas.
- Desalentar la difusión de discriminaciones hechas por terceros.
- Participar en las redes sociales. Introducirse en el mundo de internet y en las redes sociales para poder ayudar a los niños, niñas y adolescentes a mantener buenas prácticas de privacidad en sus perfiles y en la admisión de amigos o seguidores.
- Conocer más sobre internet y redes sociales para poder inculcarles el uso de herramientas para denunciar los casos de hostigamiento, maltrato o agresión que tiene cada plataforma.
- Enseñarles a no responder con el mismo odio o violencia ante una agresión u hostigamiento.
- Educar en el respeto hacia los demás en TODOS los ámbitos. Los valores de respeto, tolerancia y empatía deben mantenerse tanto en la vida cotidiana como en la virtual.
- Fomentar una actitud activa. No sólo las víctimas de hostigamiento pueden denunciar las agresiones o maltratos que una persona recibe en internet o redes sociales. También pueden hacerlo los denominados “observadores”, es decir aquellas personas a quienes no está dirigida la discriminación, pero pueden verla en comentarios, fotos, videos u otro tipo de publicaciones.