La ciencia advierte que quedarse sin dormir durante 24 horas no es solo fatiga; sus efectos sobre la mente y el cuerpo pueden equipararse a los de un consumo elevado de alcohol.
Según expertos, tras un día entero de privación de descanso, la concentración de alcohol en la sangre podría ser similar a un 0,10%, un nivel que excede el límite permitido para conducir en la mayoría de los estados.
Los síntomas inmediatos de esta privación incluyen somnolencia, alteraciones en la percepción y una reducción significativa de la coordinación y del juicio.
El impacto en la conducta parental
Para quienes están al cuidado de niños, el impacto va más allá del cansancio.
La falta de sueño afecta de forma directa la regulación emocional y el control de impulsos.
El lóbulo prefrontal, esencial para las funciones ejecutivas y la conducta racional, es especialmente sensible a la falta de descanso.
Esto significa que el agotamiento puede amplificar la impulsividad y dificultar la toma de decisiones cruciales.
Además, la privación de sueño dificulta la consolidación de la memoria y puede causar irritabilidad.
Expertos subrayan que dormir entre siete y nueve horas por noche es fundamental para el equilibrio emocional y la salud física.
La privación crónica de sueño (dormir menos de lo necesario de forma regular) eleva el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y metabólicas.
También se ve afectada la capacidad para el aprendizaje y el control emocional.
Estrategias para atenuar los efectos
Si una noche en vela es inevitable, la hidratación es esencial para reducir la fatiga y facilitar la concentración.
En cuanto a la alimentación, se recomienda preferir alimentos ricos en proteínas magras —como frutos secos, mantequillas de frutos secos, tofu o queso cottage— para favorecer el aprovechamiento energético.
En contraste, las proteínas con alto contenido graso, como el un bife, pueden acentuar la somnolencia.
Si la falta de descanso se transforma en una rutina, la Asociación del Sueño de Estados Unidos y la Cleveland Clinic aconsejan buscar orientación profesional para recuperar un patrón de sueño saludable.
Recordá que desde Crecer Hoy recomendamos SIEMPRE consultar con un especialista para atender tu caso específico y encontrar una respuesta certera a tu problema.





