La desigualdad de género en el cuidado infantil sigue siendo una deuda pendiente. Mientras la mayoría de las mujeres carga solas con la crianza y las tareas del hogar, organismos internacionales como Oxfam y ONU Mujeres alertan sobre el impacto de esta brecha en la igualdad de oportunidades. ¿Qué podemos hacer desde la familia, la educación y las políticas públicas?
Un reciente informe de Oxfam Intermón revela una realidad contundente: el 37 % de las mujeres asume diariamente y en soledad la responsabilidad del cuidado de menores o adultos dependientes, frente al 5,6 % de los hombres.
Este desequilibrio refuerza las estructuras tradicionales de género, generando consecuencias profundas para la autonomía, salud y bienestar de las mujeres.

Un trabajo silenciado que sostiene la sociedad
Según datos de ONU Mujeres y la OIT, las mujeres realizan entre 2 y 4 veces más trabajo de cuidados no remunerado que los hombres. A nivel global, este trabajo representa aproximadamente el 25 % de la población mundial y equivale al 9 % del PIB global.
En América Latina y el Caribe, el peso es aún mayor, llegando a representar entre el 15 % y el 25 % del PIB regional, según datos del Banco Mundial.
Esta carga impacta directamente sobre las oportunidades laborales de las mujeres. Al dedicar largas horas al cuidado, muchas optan por empleos flexibles, informales o a tiempo parcial, lo que refuerza la "escalera rota": son interrumpidas profesionalmente por asumir responsabilidades domésticas.
Consecuencias visibles
- Menor participación laboral: la doble jornada laboral reduce su presencia en trabajos estables, con consecuencias económicas y emocionales.
- Impacto en su salud mental y física: la sobrecarga vinculada al cuidado no remunerado afecta el bienestar general, sobre todo en hogares monoparentales liderados por mujeres.
- Desigualdad educativa y social: en contextos más vulnerables, niñas exponen su futuro al abandonar los estudios para asumir tareas domésticas
Hacia un reparto justo del cuidado
Organizaciones como Oxfam Intermón y la Plataforma por Permisos Igualitarios demandan reformas urgentes:
- Licencias de maternidad y paternidad equitativas.
- Inversión del Estado en sistemas públicos de cuidado infantil asequibles, de calidad y accesibles a ambos progenitores
- Concientización cultural sobre la corresponsabilidad familiar: no solo dejar la carga en las mujeres.
Un llamado global y regional
Desde la ONU Mujeres, se propone replicar ejemplos de países como Uruguay, España o Chile, que ya avanzan con políticas para apoyar a los cuidadores y reconocer este trabajo invisibilizado.
La vinculación con la Agenda 2030 enfatiza que solo se logrará la igualdad de género si se valora y re distribuye el cuidado como recurso económico y social El País.
¿Qué podemos hacer desde la crianza?
- Compartir responsabilidades: enseñar a niños y niñas que cuidar es tarea de todas las personas.
- Exigir políticas públicas: apoyar iniciativas que reclaman permisos extendidos y guarderías gratuitas.
- Visibilizar el cuidado: reconocer y valorar las tareas que, muchas veces, son invisibles en el hogar.
- Modelar igualdad: repartir tareas domésticas y de crianza con equidad, sin estereotipos por género.
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