Cada vez más familias y chicos celebran Halloween en Argentina. Globalización, redes sociales y nuevas costumbres explican cómo una fecha importada se volvió parte del calendario de las infancias y las ciudades del país.
Aunque Halloween no forma parte de las tradiciones originarias del país, en los últimos años se ha convertido en una fecha que crece a pasos agigantados entre niños, adolescentes, familias y comercios.
Con origen en Irlanda, la celebración de los 31 de octubre se popularizó en Estados Unidos por la inmigración irlandesa del 1800 y luego llegó a Latinoamérica de la mano de la globalización.
La celebración se realizaba el final del verano y el fin de las cosechas y, con ello, el comienzo de un año nuevo Irlandes. “All Hallows Eve” (Víspera de todos los santos) y luego mutó a "Halloween". Algunas características de su celebración, como la de pedir dulces, surgió de la mixtura con otras culturas europeas.
Lo cierto es que hoy tenemos a miles de niños en Argentina disfrazados de diablitos, fantasmas y brujitas pasando por cada casa para pedir dulces. ¿Cómo fue que llegó acá?
1. Globalización y cultura digital
El mayor acceso a medios de comunicación, plataformas de streaming y redes sociales permitió que las costumbres estadounidenses, como Halloween, se expandan rápidamente más allá de sus fronteras originales.
En Argentina, Halloween comenzó a hacerse presente en la década de los 90, impulsado principalmente por la globalización y el auge de la cultura estadounidende. Esta influencia se traduce en disfraces, decorados, fiestas temáticas y un fuerte componente visual publicado en redes que refuerza la adopción.
2. Consumo y el entretenimiento
La festividad se convertió en un momento comercial importante para comercios, marcas y locales de entretenimiento. Cada año que pasa, más argentinos lo celebran y la agenda de actividades no para de crecer en Buenos Aires y otras ciudades.
Esta categoría de “fiesta importada” se ajusta a lógicas de consumo vacacionales y preparación de eventos, lo que refuerza su presencia.

3. Población urbana, espacios de ocio y tradición flexible
El auge de Halloween se observa con mayor intensidad en ámbitos urbanos, donde hay mayor oferta de fiestas, bares, eventos temáticos y consumo de disfraces.
Aunque Halloween no es parte de las tradiciones argentinas, en los últimos años comenó a ganar terreno, especialmente en las grandes ciudades como Buenos Aires, Córdoba y Rosario.
La ausencia de una tradición local tan rígida permite que esta práctica importada encuentre espacio libre para crecer.
4. Niñez y adolescencia como público objetivo
Para niños y niñas, Halloween representa una ocasión lúdica, creativa y distinta: disfrazarse, pedir dulces o asistir a fiestas. En Argentina se informa que “miles de niños salen a las calles a pedir caramelos por las casas para festejar Halloween” cuando se acerca el 31 de octubre.
Este carácter participativo y festivo lo hace atractivo para familias que buscan propuestas de ocio para sus hijos.
5. Tradición local, identidad y adaptación
Algunos especialistas señalan que Halloween se va “deformando” o adaptando al contexto local: “En Argentina, Halloween también se celebra gracias a la influencia cultural que nos llega constantemente desde Estados Unidos… aunque en nuestro país el 31 de octubre no es tan célebre como el 1 de noviembre (Día de Todos los Santos)”
¿Qué implica para familias, colegios y barrios?
Dada esta tendencia al alza, algunas recomendaciones para quienes toman parte del festejo:
- Entender Halloween como una oportunidad de juego, creatividad y integración familiar, más que simplemente como consumo.
- Conversar con los niños y adolescentes sobre el origen de la fiesta, su carácter lúdico y los riesgos (consumo de caramelos, presencia temprana de alcohol en fiestas de adolescentes, expectativas de gasto).
- Aprovechar la fecha para reforzar valores: disfraces hechos en casa, tradición de pedir dulces de modo seguro, y actividades alternativas como decorar con materiales reciclados.
- Considerar que en la escuela o en espacios comunitarios pueden organizarse propuestas inclusivas que integren Halloween con identidad local (por ejemplo, vinculando a la tradición de Todos los Santos o a expresiones culturales propias).





