A la hora de planificar formación y horarios de nuestros hijos, la elección de las actividades extraescolares se convierte en una decisión fundamental para las familias.
- ¿Por qué son necesarias las extraescolares?
- La cantidad ideal: priorizar la calidad sobre la sobrecarga
- Los cinco errores más comunes que cometen los padres
Esta selección no es trivial, ya que puede tener un "impacto significativo en la autoestima de los niños, su desarrollo cognitivo y su aprendizaje".
Sin embargo, en el afán de ofrecerles todas las oportunidades, los padres solemos cometer equivocaciones que podrían ser perjudiciales para el desarrollo de los menores.
Para tomar decisiones informadas y beneficiosas, es crucial entender primero por qué estas actividades son necesarias y cómo gestionar su logística sin caer en la sobrecarga.
¿Por qué son necesarias las extraescolares?
El objetivo principal de las actividades complementarias debe girar en torno al disfrute y enriquecimiento del niño.
Estas no deben plantearse para mejorar aquellas habilidades que el adulto desea que adquiera, sino para "potenciar sus destrezas, sus virtudes, en destacar sus dones y su potencial".
Elegir una actividad extraescolar proporciona grandes beneficios, tanto a corto como a largo plazo:
- Favorecen el desarrollo integral: Potencian habilidades como la memoria, la atención, la resolución de conflictos, la coordinación, el trabajo en equipo o la creatividad.
- Fomentan valores: Ayudan a desarrollar la capacidad de elección, el esfuerzo, la perseverancia y la constancia al seguir una rutina y alcanzar objetivos.
- Expanden el círculo social: Son espacios ideales para salir de la zona de confort, potenciar las relaciones sociales y establecer nuevas amistades, lo cual es vital, sobre todo considerando que el juego de los menores tiende a ser cada vez más individual, enfocado en el uso de pantallas.
Además de la gestión conciliadora para los padres, cada extraescolar debería ser "un rato semanal de ilusión para los niños" para que puedan probarse a sí mismos y descubrir o potenciar sus talentos.
La cantidad ideal: priorizar la calidad sobre la sobrecarga
Las fuentes no especifican una cantidad numérica fija de actividades recomendadas por semana, pues la elección debe basarse en las necesidades individuales, el horario, los recursos económicos y la logística familiar.
No existe la actividad perfecta para todos, ya que "cada niño es único y tiene unas circunstancias".
Sin embargo, sí hay una advertencia clara: el peligro de sobrecargar su agenda de actividades.
Caer en este error, en el afán por darles "todas las oportunidades posibles," puede acarrearles consecuencias negativas como fatiga, estrés y falta de tiempo.
Es fundamental establecer un equilibrio entre las actividades extracurriculares y el tiempo libre.
La recomendación esencial es "Priorizar la calidad sobre la cantidad" para garantizar el bienestar emocional y físico de los niños.
Es importante recordar que las extraescolares son complementarias y no suplen el tiempo de juego en familia, la conexión con la naturaleza o las tardes en casa realizando manualidades, que son igualmente beneficiosas para el desarrollo integral.
Los cinco errores más comunes que cometen los padres
A la hora de tomar la decisión, los padres suelen cometer errores que comprometen el compromiso y el bienestar del niño.
Estos son los cinco errores más habituales:
- Imponer nuestras preferencias e intereses: Este es uno de los errores más comunes. Elegir actividades basándose en lo que a los padres les gusta o en lo que ellos participaron de niños es un error, pues "cada niño es único". Es fundamental escuchar a los hijos y observar sus talentos naturales.
- No tener en cuenta la edad y capacidad de concentración: Es un error elegir actividades que no son apropiadas para la edad o el nivel de atención del menor. Por ejemplo, meter a un niño muy pequeño en clases demasiado estructuradas, lo cual puede ser "abrumador e incluso contraproducente", o inscribir a un adolescente en actividades demasiado infantiles, generando desmotivación.
- Sobrecargar la agenda: Intentar llenar cada tarde con actividades puede generar fatiga y estrés en los niños, dejándolos sin tiempo para jugar, relajarse, explorar libremente y socializar con otros niños.
- Subestimar el tiempo entre trayectos: El tiempo de viaje entre la escuela, el hogar y las actividades es a menudo pasado por alto. Emplear demasiado tiempo en los trayectos puede generar "estrés, tanto para los niños como para los padres", afectando la calidad de vida de toda la familia.
- No reevaluar periódicamente la situación: Una vez elegidas, los padres a menudo olvidan la importancia de la reevaluación constante. Los intereses de los niños o la situación familiar pueden cambiar a lo largo del curso, por lo que es crucial mantener una comunicación abierta y ser flexible para ajustar las actividades si es necesario.
En cualquier caso, lo más recomendable es que la elección de la extraescolar sea una decisión conjunta y familiar, donde el niño se sienta escuchado y los padres valoren la viabilidad logística a largo plazo.
Esto aumentará el compromiso de los niños, niñas y adolescentes para continuar con la actividad hasta el final del curso.





