Cada 31 de octubre, millones de niños alrededor del mundo esperan con ansias para transformarse en monstruos, superhéroes o hadas, y salir a la calle a pedir golosinas.
- Orígenes ancestrales
- El atractivo de la simbología: disfraces y calabazas
- El fenómeno del "dulce o truco"
Halloween, o la "Noche de Brujas", se convirtió desde hace décadas en una festividad global, que combina elementos de terror y fantasía, y que permite a adultos y niños "jugar con sus miedos y fantasías y se burlen de ellos".
Aunque parezca una fiesta puramente estadounidense, sus raíces son mucho más antiguas y profundas, y su expansión se debe a una compleja mezcla de tradición, religión y mercadotecnia.
Orígenes ancestrales
La celebración de Halloween tiene sus orígenes en la antigua festividad celta de Samhain.
Esta celebración, que se llevaba a cabo el 31 de octubre, marcaba el fin de la cosecha y el comienzo del invierno, simbolizando el inicio de un nuevo año celta.
Los antiguos celtas creían que durante esta época, el velo entre el mundo de los vivos y los muertos se adelgazaba, permitiendo que los espíritus de los difuntos regresaran.
La evolución de la tradición fue influenciada por la Iglesia, que intentó integrar las creencias paganas en la práctica cristiana.
En el siglo VIII, el Papa Gregorio III trasladó el Día de Todos los Santos al 1 de noviembre, una fecha que coincidía con Samhain. La víspera de esta celebración se convirtió en "All Hallows’ Eve", que finalmente se abrevió a Halloween.
La expansión crucial de la fiesta ocurrió durante la Gran Hambruna de la Patata en la década de 1840, cuando aproximadamente 1,5 millones de irlandeses emigraron a Estados Unidos.
Ellos llevaron consigo sus costumbres, logrando que la festividad evolucionara en suelo americano.
El atractivo de la simbología: disfraces y calabazas
La simbología actual de Halloween—los disfraces, las calabazas y la temática terrorífica—tiene una base histórica.
Los celtas se vestían con pieles y cabezas de animales para camuflarse y evitar el contacto con los "espectros malignos", o para evitar ser dañados o agredidos por las almas en pena.
Hoy, aunque la razón cambió, el disfraz sigue siendo la principal consigna, permitiendo que la gente, especialmente los niños, jueguen con sus fantasías.
Las icónicas calabazas talladas (Jack-O-Lanterns) también tienen un propósito ancestral. Aunque la tradición original en Irlanda utilizaba nabos, en Estados Unidos se adoptó la calabaza, un cultivo crucial en su agricultura. Estas se utilizan para alejar a los espíritus malignos.
Durante las primeras décadas del siglo XX, la festividad se transformó en una celebración más organizada y centrada en la familia.
A mediados de siglo, la comercialización, impulsada por grandes compañías como Warner Brothers y Disney (con personajes como Casper y Charlie Brown), ayudó a establecer Halloween como un evento familiar y divertido, facilitando su adopción global.
El fenómeno del "dulce o truco"
Para los niños, el clímax de la celebración es el "Dulce o Truco" (trick or treat).
Esta actividad popular se inspira en una tradición antigua: entre los siglos XV y XIX, los niños iban de casa en casa cantando rimas o rezando por las almas de los muertos a cambio de pasteles que representaban la liberación de un alma del purgatorio.
En la actualidad, esta práctica se simplificó a la búsqueda de golosinas.
En 2023, se estimó que 72,8 millones de niños en Estados Unidos participaron en la recolección de dulces.
La festividad demostró ser un motor económico significativo, con consumidores gastando más de 12,2 mil millones de dólares en 2023 en actividades relacionadas, incluyendo disfraces, decoraciones y, crucialmente, dulces.
Halloween es un ejemplo de cómo una tradición ancestral puede evolucionar y adaptarse, uniendo religión, naturaleza, muerte y romance, y brindando un espacio único donde la fantasía y el azúcar son los protagonistas absolutos para los más pequeños.





