Cuidar la boca desde los primeros meses de vida es una inversión en salud y bienestar futuro. Así lo plantea UNICEF Uruguay en su guía sobre salud bucal en la primera infancia, que responde algunas de las dudas más comunes de madres, padres y cuidadores sobre la higiene, la lactancia, el uso del chupete y las primeras rutinas de cepillado.
¿Hay que limpiar las encías antes de que salgan los dientes?
De acuerdo con UNICEF, no es necesario limpiar las encías del bebé después de amamantar.
La leche materna, junto con la saliva, crea una barrera protectora natural que favorece el desarrollo de una flora bucal saludable. Por eso, la organización recomienda no intervenir en exceso en esta etapa y confiar en el poder protector de la lactancia.
En cambio, cuando el bebé toma preparados para lactantes, la indicación cambia levemente: a partir de los tres meses, se puede hacer una higiene muy ligera, usando una gasa humedecida sobre el dedo del adulto para pasarla suavemente por las encías. Esto ayuda a mantener la boca limpia sin lastimar los tejidos, que son especialmente delicados.
Los primeros dientes: cuándo y cómo empezar el cepillado
Aproximadamente a los seis meses, comienzan a salir los primeros dientes de leche, y es allí cuando debe iniciarse el cepillado. UNICEF recomienda usar:
- Un cepillo adecuado al tamaño de la boca del bebé.
- Pasta dental con flúor, en una cantidad equivalente a medio grano de arroz duro.
- Concentración de flúor entre 1000 y 1500 partes por millón, que puede verificarse en la caja del producto.
La organización también aclara que las pastas “para niños” no son recomendables, ya que muchas no cumplen con el contenido mínimo de flúor necesario para proteger eficazmente contra las caries.
Lactancia, desarrollo bucal y fortalecimiento del maxilar
El documento explica que el amamantamiento tiene un papel fundamental en el desarrollo de la boca.
Cuando el bebé se prende al pecho, activa unos 40 músculos diferentes para realizar la succión y la deglución. Este ejercicio natural contribuye a que el maxilar inferior —que al nacer está más retrasado— avance y adopte su posición adecuada.
A los seis meses, con la aparición del primer diente, también llega el momento de comenzar a incorporar alimentos sólidos, lo que refuerza el desarrollo muscular y la función masticatoria.
Chupetes, mamaderas y hábitos saludables
En relación con las mamaderas, UNICEF aconseja elegir modelos anatómicos, con tetinas cortas, consistencia firme y agujeros pequeños, de modo que el bebé tenga que hacer un esfuerzo de succión similar al que realiza al amamantar.
Esto evita una succión pasiva y ayuda al desarrollo armónico del paladar y los maxilares.
Respecto al chupete, la guía sugiere que es preferible ofrecer uno anatómico antes que permitir el hábito de chuparse el dedo.
Mientras que el chupete puede retirarse progresivamente, el hábito del dedo suele ser más difícil de revertir y puede tener efectos sobre la posición de los dientes.
Un hábito que comienza desde el afecto
La salud bucal en la primera infancia no se limita a prevenir caries o mantener los dientes limpios. También implica crear rutinas de cuidado y contacto que fortalezcan el vínculo entre el bebé y su familia.
Cada gesto —como sostener al niño mientras se le limpia la boca o acompañarlo en el cepillado— refuerza su confianza y su aprendizaje.
Cuidar la salud bucal desde los primeros meses, concluye UNICEF, es una inversión en el futuro, que mejora la calidad de vida y sienta las bases para una infancia más saludable.
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