Durante décadas, una creencia popular gobernó los hogares: que andar descalzo, especialmente sobre pisos fríos, es la vía directa para que nuestros hijos contraigan resfriados o enfermedades respiratorias.
Este mito, que a menudo impulsa la compra prematura de calzado rígido para los más pequeños, fue desmentida consistentemente por la ciencia y la podología.
Como padres, es fundamental que comprendamos qué está realmente en juego cuando permitimos (o prohibimos) que nuestros bebés sientan el suelo.
Por qué se resfrían los bebés y niños
La principal conclusión de los especialistas es clara: la exposición al frío o el hecho de ir descalzo no causa un resfriado común.
El médico Eduardo Farfán, académico de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC), enfatiza que no existe evidencia científica que relacione el “pasar frío” con una mayor susceptibilidad a contraer infecciones como el resfriado.
El resfriado común, tal como lo indica un informe de la Clínica Cleveland, es causado por virus, no por las bajas temperaturas.
Por lo tanto, la preocupación por la temperatura del suelo y la ausencia de zapatos es infundada en términos de prevención de enfermedades respiratorias.
De hecho, los expertos señalan que el uso de antibióticos para tratar un resfriado es inútil, ya que estos medicamentos solo combaten bacterias, no virus.
¿Calzado antes del año de edad?
Si bien el frío no causa la enfermedad, el calzado usado antes de tiempo sí puede afectar el desarrollo físico de su hijo.
Los podólogos desaconsejan categóricamente que los bebés usen calzado antes del año de edad, incluso cuando ya comenzaron a dar sus primeros pasos.
Esta recomendación no es solo por confort, sino por motivos de salud y desarrollo.
Cuando un bebé camina descalzo:
- Fortalece su estructura: El pie recibe estímulos directos cruciales para construir equilibrio y fuerza en las piernas. Los músculos trabajan de forma más natural, lo que a su vez mejora el equilibrio y fomenta una mejor postura.
- Favorece la osificación: La ausencia de calzado favorece la osificación progresiva de los huesos de los pies y las piernas.
- Desarrollo del arco: El calzado regular, especialmente si es rígido, limita el movimiento natural del pie y puede perjudicar el desarrollo de un arco longitudinal normal. El pie debe expandirse y doblarse libremente para formarse adecuadamente.
Una investigación, titulada “Podología preventiva: niños descalzos igual a niños más inteligentes”, incluso sugiere que la movilidad libre del pie aporta experiencias sensoriales más amplias, lo que podría influir positivamente en el desarrollo cognitivo.
Liberar, pero sin excesos
Aunque andar descalzo en casa no es la causa de la enfermedad, es importante manejar el entorno.
Estudios como los realizados por el National Institutes of Health (NIH) sugieren que la exposición prolongada a temperaturas muy frías sí puede reducir temporalmente la capacidad de respuesta inmunológica, haciendo al cuerpo más vulnerable si ya hay un virus presente.
No obstante, los expertos señalan que factores como la dieta, la actividad física y la calidad del sueño tienen un papel mucho más significativo en la fortaleza del sistema inmune que el simple acto de caminar sin calzado.





