La Sociedad Argentina de Pediatría actualizó el cronograma de controles pediátricos según la SAP, una guía que establece cuántas consultas de salud necesita cada niño o niña desde el nacimiento hasta la adolescencia. Mes a mes, trimestre a trimestre y año a año, este esquema permite acompañar el crecimiento y detectar a tiempo cualquier dificultad.
Durante el primer año de vida, los bebés cambian a un ritmo vertiginoso: crecen, ganan peso, empiezan a sostener la cabeza, a sentarse, a balbucear, a explorar. En ese contexto, los controles de salud periódicos no son un “extra”, sino una estrategia central del sistema sanitario para acompañar a las familias y detectar a tiempo cualquier problema.
El Ministerio de Salud de la Nación y la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) recomiendan que, desde el nacimiento hasta el año, haya controles regulares y planificados, que se articulan con el Calendario Nacional de Vacunación y con otras prácticas de seguimiento del desarrollo.
Un cronograma oficial: un control por mes en el primer año
En julio de 2025, el Ministerio de Salud publicó el “Cronograma de controles en salud para niños desde el nacimiento hasta la pubertad”, donde se detalla la frecuencia mínima de estos chequeos. En el caso del primer año de vida, el documento marca que debe haber un control de salud por mes, de 1 a 12 meses (además de la evaluación al nacer y en los primeros días de vida).
Ese cronograma está pensado como una guía para todo el país y se alinea con la actualización del esquema de controles pediátricos elaborada por la SAP, que también subraya la necesidad de un seguimiento cercano en el primer año, por la rapidez con la que cambian el crecimiento y el desarrollo.
En lenguaje llano: si el bebé está cursando su primer año, debería tener, como mínimo, un control programado cada mes.
Qué se evalúa en esos controles
Los documentos dirigidos a equipos de salud y familias coinciden en que el “control del niño sano” no es solo pesar y medir, sino mirar al bebé en forma integral. La SAP, la Facultad de Medicina de la UBA y materiales de educación para familias señalan que, en el primer año, en cada consulta suelen revisarse al menos cuatro grandes áreas:
Crecimiento físico
- Peso, talla y perímetro cefálico.
- Evolución en las curvas de crecimiento.
- Signos de desnutrición, sobrepeso u otros desvíos.
Desarrollo neurológico y psicomotor
- Postura y tono muscular.
- Hitos como sostén cefálico, rodar, sentarse, gatear o intentar ponerse de pie, según la edad.
- Respuestas a estímulos visuales y auditivos, contacto ocular, gestos, balbuceos y primeras formas de comunicación.
Alimentación
Lactancia materna exclusiva en los primeros meses, según recomiendan las guías nacionales y la OMS.
A partir de los 6 meses, comienzo de la alimentación complementaria y calidad de la dieta, tal como indican las Guías Alimentarias para la Población Argentina, que incluyen un capítulo específico para la niñez.
Prevención y contexto de crianza
- Esquema de vacunas al día.
- Sueño seguro, prevención de accidentes en el hogar, uso adecuado de sistemas de retención infantil.
- Salud bucal, higiene, exposición a pantallas, organización de la crianza y apoyos disponibles.
Materiales para familias como el folleto “El control pediátrico y las vacunas”, elaborado con participación de equipos del Hospital Garrahan y organizaciones de primera infancia, insisten en que estos controles sirven tanto para revisar al bebé como para que madres, padres y cuidadores puedan preguntar y compartir dudas sobre la crianza cotidiana.
Controles y vacunas: dos estrategias que van de la mano
El cronograma oficial de controles se articula con el Calendario Nacional de Vacunación, que es gratuito y se aplica en todos los centros de salud y hospitales públicos del país. El propio Ministerio de Salud recuerda que las vacunas del calendario “están disponibles sin costo y no requieren orden médica”.
En el primer año de vida, este calendario incluye, entre otras, las vacunas contra:
BCG y Hepatitis B en el periodo neonatal.
Neumococo, Polio, Quíntuple/Pentavalente y Rotavirus a los 2, 4 y 6 meses.
Triple viral, Hepatitis A y refuerzos como Neumococo alrededor de los 12 meses.
Aunque en la práctica muchas familias asocian “control de salud” con “día de vacunas”, las guías oficiales remarcan que son dos cosas distintas que se complementan: la consulta pediátrica incluye mucho más que la aplicación de inmunizaciones, y no conviene limitarla solo al momento del pinchazo.
¿Por qué el primer año es tan crítico?
Un documento de la cátedra de Medicina Familiar de la UBA, dedicado específicamente al control en el primer año de vida, señala que esta etapa concentra varias situaciones de alto impacto: crecimiento muy acelerado, rápida maduración del sistema nervioso y gran vulnerabilidad frente a infecciones respiratorias y otras enfermedades. Por eso, resume, el objetivo del control es detectar de manera precoz cualquier desviación del desarrollo normal y actuar antes de que aparezcan complicaciones mayores.
En la misma línea, la actualización del cronograma de la SAP define el control de salud como “una estrategia sanitaria que comienza con una visita programada al sistema de salud y continúa con la articulación de respuestas para brindar cuidados integrales”, enfatizando que el niño o la niña es sujeto de derecho y que la consulta debe respetar su bienestar emocional, no solo sus parámetros biomédicos.
Qué pasa si mi bebé “parece estar bien”: ¿igual hay que ir?
Los documentos oficiales lo dicen sin rodeos: sí, los controles se recomiendan aunque el bebé no esté enfermo. El cronograma del Ministerio y la SAP parte de la idea de que muchas condiciones se detectan cuando todavía no dan síntomas evidentes para la familia.
- En los folletos y guías para familias se subraya que estas consultas sirven para:
- Identificar a tiempo problemas de visión, audición o desarrollo.
- Revisar si el crecimiento sigue la curva esperada.
- Ajustar pautas de alimentación, sueño y juego.
- Fortalecer el vínculo con el equipo de salud y construir confianza.
CRONOGRAMA
0 a 12 meses (primer año de vida)
✔ Un control por mes.
La SAP indica que este seguimiento estrecho es fundamental porque es la etapa de mayor velocidad de crecimiento y cambios del desarrollo.
Frecuencia:
- Recién nacido: control al alta y dentro de los primeros días.
- 1 a 12 meses: 1 control cada mes.
1 a 3 años
Un control cada 3 meses.
A los:
- 15 meses
- 18 meses
- 21 meses
- 24 meses
- 30 meses
- 36 meses
La SAP destaca que esta etapa es crítica para la adquisición del lenguaje, motricidad y socialización.
3 a 6 años (edad preescolar)
Un control cada 6 meses.
A los:
- 3 años y medio
- 4 años
- 4 años y medio
- 5 años
- 5 años y medio
- 6 años
Se monitorea visión, audición, desarrollo cognitivo, motricidad fina y gruesa, escolarización y hábitos de vida.
6 a 10 años (inicio escolar)
Un control por año.
Controles anuales hasta los 10 años inclusive, evaluando crecimiento, estado nutricional, hábitos de sueño, actividad física y rendimiento escolar.
10 a 18 años (preadolescencia y adolescencia)
Un control por año.
Incluye:
- Salud sexual integral
- Salud mental
- Desarrollo puberal
- Conductas de riesgo
- Nutrición y actividad física
- Consumo problemático de sustancias
La SAP subraya que esta etapa requiere consulta confidencial, progresivamente autónoma, respetando los derechos del adolescente.





