Un nuevo estudio revela que los chatbots de inteligencia artificial se están convirtiendo en confidentes, consejeros e incluso "amigos" de los jóvenes. ¿Qué riesgos implica este fenómeno para su desarrollo social y emocional?
- ¿Por qué los adolescentes buscan compañía en una IA?
- Los riesgos ocultos de la "intimidad artificial"
- ¿Qué podemos hacer como padres?
Los adolescentes tienen nuevos confidentes, y no siempre son personas de carne y hueso. Más allá de los amigos del colegio o los compañeros de juegos online, desde hace tiempo viene ganando terreno una nueva figura en sus vidas: los chatbots impulsados por inteligencia artificial (IA).
Una encuesta reciente de Common Sense Media, una organización especializada en el uso responsable de la tecnología, volvió a encender las alarmas en padres y especialistas al revelar una tendencia preocupante: uno de cada tres adolescentes asegura que prefiere interactuar con una IA antes que con personas reales.
El estudio, realizado en Estados Unidos, muestra que el uso de esta tecnología está muy extendido: más de la mitad de los jóvenes conversa habitualmente con bots de IA y siete de cada diez lo ha hecho al menos una vez.
Aunque muchos los ven como simples herramientas, una porción significativa está desarrollando interacciones mucho más profundas.
Utilizan estos sistemas para juegos de rol, conversaciones de índole romántica, buscar apoyo emocional o simplemente para practicar sus habilidades sociales.
Este fenómeno plantea serias preguntas sobre el impacto de la "intimidad artificial" en una etapa tan crucial como la adolescencia.

¿Por qué los adolescentes buscan compañía en una IA?
El dato más llamativo de la encuesta es que un tercio de los jóvenes considera que hablar con una IA es igual de satisfactorio, o incluso más, que hacerlo con sus amigos de siempre.
Este mismo porcentaje admitió haber confiado temas personales e importantes a un chatbot en lugar de compartirlos con personas de su entorno cercano.
Esta preferencia podría indicar una búsqueda de un espacio seguro, sin juicios y disponible 24/7, algo que las relaciones humanas no siempre pueden ofrecer.
Sin embargo, los especialistas advierten que los adolescentes más vulnerables son quienes tienen mayor riesgo de depender de estas interacciones virtuales.
El informe señala que los varones, aquellos que atraviesan problemas de salud mental o que viven situaciones de estrés (como cambios familiares o escolares), son los más propensos a desarrollar un apego emocional con estos sistemas.
La tecnología avanza para fomentar esta cercanía: empresas como OpenAI ya han implementado una función de "memoria" en ChatGPT, que le permite recordar conversaciones pasadas para ofrecer respuestas más personalizadas, reforzando la sensación de intimidad con el usuario.
Los riesgos ocultos de la "intimidad artificial"
Si bien la tecnología puede parecer inofensiva, la creciente dependencia de los chatbots no está exenta de peligros.
El propio informe destaca que alrededor de un tercio de los participantes reconoció haberse sentido incómodo por algo que un chatbot les dijo o hizo.
Esto evidencia el riesgo real de recibir respuestas inapropiadas, consejos dañinos o incluso de ser expuestos a interacciones con contenido sexual explícito.
Expertos consultados en una publicación de la revista Trends in Cognitive Sciences alertan que estos vínculos artificiales pueden alterar la forma en que los jóvenes construyen sus relaciones humanas, llegando a desplazar las interacciones sociales en el mundo real.
El temor principal es que, al acostumbrarse a la gratificación instantánea y a la falta de complejidad emocional de un bot, los adolescentes pierdan la capacidad de navegar los matices, conflictos y recompensas de las amistades verdaderas, afectando su desarrollo social y emocional a largo plazo.
¿Qué podemos hacer como padres?
Ante este panorama, la clave no es prohibir la tecnología, sino acompañar y educar. Fomentar un diálogo abierto en casa sobre lo que nuestros hijos hacen en línea es fundamental.
Preguntarles si usan estos chatbots, qué tipo de conversaciones tienen y cómo se sienten al respecto puede abrir una puerta para guiarlos.
Es crucial enseñarles a diferenciar entre una herramienta útil y una relación genuina, recordándoles que la empatía, el apoyo y la complejidad de un amigo real son insustituibles.
Como se menciona en el informe, este fenómeno preocupa a las familias, y la mejor respuesta es la información y la comunicación.
Estar presentes y ofrecer un espacio de confianza en casa sigue siendo la mejor estrategia para que nuestros hijos construyan vínculos sanos, tanto en el mundo digital como en el real.