La ONG Red por la Infancia lanzó una guía con pasos claros para enfrentar la difusión de imágenes sin consentimiento, con recomendaciones para adolescentes, familias y adultos frente a casos de extorsión o exposición digital.
Red por la Infancia, una organización dedicada a la protección de los derechos de niños, niñas y adolescentes en entornos digitales, presentó una nueva Guía de orientación para casos de difusión de imágenes sin consentimiento.
El documento, de acceso público, ofrece pasos concretos para actuar frente a la extorsión digital, la difusión no consentida de contenido íntimo y las situaciones en las que una persona recibe imágenes de terceros.
La guía busca concientizar, proteger y orientar tanto a adolescentes como a adultos ante un fenómeno cada vez más frecuente: la circulación de fotos o videos íntimos sin permiso, práctica que constituye una grave violación de la privacidad y, en muchos casos, un delito.
Prevenir antes de que ocurra
El primer eje de la guía está enfocado en reducir los riesgos antes de compartir contenido digital.
Entre las principales recomendaciones, Red por la Infancia sugiere:
- Evitar enviar fotos con marcas identificatorias personales, como rostro, tatuajes o elementos del entorno que permitan reconocer el lugar.
- Configurar las imágenes para que puedan verse solo una vez.
- Borrar las fotos o videos de los dispositivos y de la nube luego de enviarlos.
- Estas medidas buscan limitar el riesgo de exposición y de uso indebido en caso de robo, filtración o manipulación del contenido.
Si alguien te amenaza o extorsiona
El documento dedica un apartado específico a los casos de extorsión con imágenes íntimas. Red por la Infancia enfatiza que la víctima nunca tiene la culpa y que la persona que intenta extorsionar comete un delito, especialmente si la víctima es menor de edad.
Ante una amenaza o chantaje, la organización recomienda:
- No pagar ni acceder a las exigencias.
- Buscar apoyo emocional de un adulto de confianza.
- Guardar todas las pruebas (mensajes, audios, llamadas) sin eliminarlas.
- No bloquear al extorsionador ni cerrar la cuenta.
- Copiar la URL del chat o conversación, que funciona como una “huella digital” para la justicia.
- No reportar la cuenta en la plataforma antes de hacer la denuncia, ya que eso puede eliminar evidencia clave.
- Realizar la denuncia a través del Ministerio Público Fiscal, en el sitio denuncias.fiscalias.gob.ar.
“Extorsionar a alguien es un delito. Nadie tiene derecho a usar tus imágenes para amenazarte o hacerte daño”, subraya la guía.
Si las imágenes ya fueron difundidas
En los casos en que el material ya se difundió, existen herramientas digitales internacionales que pueden ayudar a eliminar las copias de internet:
- Take It Down: plataforma del Centro Internacional para Niños Desaparecidos y Explotados (ICMEC), que permite solicitar la eliminación de contenido íntimo no consentido.
StopNCII.org: crea una “huella digital” (hash) única de las imágenes y la comparte con plataformas como Instagram, Facebook o TikTok, que pueden detectar y borrar las copias automáticamente.
Estas acciones deben realizarse luego de la denuncia judicial, y son clave para proteger la integridad digital de la persona afectada.
Si te llegan imágenes sin consentimiento
La guía también advierte sobre la responsabilidad de quienes reciben contenido íntimo de terceros.
Compartir o reenviar esas imágenes implica revictimizar a la persona afectada y, en algunos casos, puede constituir un delito.
“Si recibís una imagen que sabés que fue difundida sin permiso, no la compartas. Podés ser parte de la solución ofreciendo ayuda y contención a la víctima”, remarca la ONG.
El rol del adulto que acompaña
Por último, Red por la Infancia ofrece pautas específicas para docentes, familias o adultos referentes que reciben la confianza de un niño, niña o adolescente afectado:
- No juzgar ni culpar.
- Agradecer la confianza y escuchar sin interrupciones.
- Contactar de inmediato a las autoridades competentes, en especial al Ministerio Público Fiscal.
“Las víctimas necesitan apoyo, no reproches. Cada palabra que se dice puede marcar la diferencia entre el aislamiento y la posibilidad de recuperar el control sobre su vida digital”, enfatiza la guía.
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